jueves, 20 de noviembre de 2014

Los niños y las Tecnologías, entre la sobreprotección y el abandono

Con frecuencia, como padres, nos vemos ante la disyuntiva de prohibir, permitir o alentar el uso de los Nuevas Tecnologías por parte de nuestros hijos. ¿Cómo manejarse eficientemente en este tema?
Por Eduardo Cattaneo
profesor@eduardocattaneo.com

Desconcierto es la palabra que define la sensación que puedo percibir cuando hablo con algunos padres sobre el tema del uso y abuso de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) por parte de los niños, algunos piensan que los chicos se benefician ampliamente si utilizan las TICs desde la edad más temprana, otros que los niños no deben pasar mucho tiempo frente a las computadoras y, unos pocos, creen que estas endemoniadas máquinas son un mal necesario de estos tiempos modernos. Como casi siempre la solución está en el justo medio, pero ¿Cómo saber en concreto donde se encuentra ese justo medio?

Edades y Nuevas Tecnologías


Si bien podemos decir que, como en todo asunto humano, en esto no existen recetas, la regla que la Dra. Roxana Morduchowicz llama “del 3, 6, 9 y 12” puede servirnos de ayuda. La explicamos:

Desde el nacimiento hasta los 3 años: privilegiar juegos que fortalezcan físicamente al niño y desarrollen su psicomotricidad, evitando, en lo posible, el contacto con las “pantallas” (TV, computadora, tablet, celular, ipod, mp3 y toda la parafernalia disponible). En esta etapa los chicos tienen que jugar en la realidad y no en la virtualidad, 

Desde los 3 a los 6 años: podemos comenzar a ver tv con los chicos, procurando programas que enriquezcan sus capacidades y no utilizar la tele como un “chupete” o “niñera” electrónica. Hacia los 5 años podemos introducirlos en el uso de juegos de computadora, limitando mucho los horarios y controlando siempre los contenidos de los juegos. Es importante hablar con los chicos sobre lo que hacen con la Tv y la computadora y, sobre todo, animarlos a hablar a ellos, esto promueve su expresión y, de esta manera, se transforma en una motivación para su progreso narrativo e intelectual.

Desde los 9 a los 12 años: podemos enseñarles a utilizar internet como medio de aprendizaje y entretenimiento, siempre en compañía de adultos. No creo recomendable que todavía se utilicen las redes sociales (recordemos que las mismas plataformas de las redes sociales tienen como limitación los 13 años para admitir a los nuevos usuarios). Durante este tiempo podremos aprovechar para enseñarles cómo se utilizan las redes sociales, usando nuestro perfil, y advertirles que nunca deben admitir ni chatear con un contacto que no conozcan. También se les puede enseñar con ejemplos concretos que lo que subimos a las redes es visible para todos (o al menos para muchos) y cómo deberán manejar sus niveles de seguridad y privacidad.

A partir de los 12 años: comenzar, poco a poco, a navegar solos en la red, controlando la cantidad de tiempo de exposición, los horarios en que se utilizan, que no dispongan de medios con internet en su habitación sino en lugares comunes de la casa, En esta etapa nos pueden ayudar las herramientas de control parental que proveen sistemas operativos como Windows 8, que nos permitirán saber qué páginas visitan, si chatean, ¿Cuanto tiempo?, además de controlar en forma automática los horarios y los tiempos de uso de las computadoras.

¿Y el celular?


Los expertos están de acuerdo que una edad apropiada para que el niño tenga su primer celular es rondando los 13 años, coincidiendo con el inicio de la escuela secundaria, en la que los chicos y chicas comienzan a tener mayor autonomía y los padres necesitamos estar en contacto con ellos cuando realizan sus actividades fuera de casa.

No es buena idea que lleven los celulares, como cualquier otro medio con internet, a sus habitaciones, sobre todo en la noche, porque corren el riesgo de no manejar sus tiempos al entretenerse y perder valiosas horas de sueño. Una buena idea es dejar los celulares cargando en otro espacio de la casa y, más adelante, cuando comiencen actividades en los que tengan que despertarse solos pueden utilizarlos como despertador llevándolos a la habitación pero siempre acordando con ellos un horario límite para utilizarlos. Si no somos capaces de controlar el respeto de los horarios y los contenidos es mejor que directamente los celulares no “duerman” en las habitaciones.

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